Hoi An, noches entre farolillos
Después de los 3 días lluviosos que habíamos pasado en Da Lat, fuimos a Hoi An buscando un poco de tregua con la lluvia. Aunque la tregua duro poco, fue suficiente para disfrutar de unos paseos en bicicleta, visitar alguno de sus templos y cenar en el centro de la ciudad rodeados de los famosos farolillos de colores.
Hoi An es una pequeña ciudad costera situada, aproximadamente, en el centro de Vietnam. Se trata de una ciudad tradicional, que respeta la vida local a pesar de los turistas que la visitan diariamente. Probablemente, el hecho de que no fuera una ciudad objetivo durante la guerra ha ayudado a mantenerla tan intacta. Además, según tenemos entendido, los edificios no se pueden alterar ya que es Patrimonio de la Humanidad desde 1999.
Si estáis pensando en visitar la ciudad os dejamos algunas de las cosas que hemos hecho para inspiraros en vuestro viaje.
Ruinas de Mỹ Sơn
A menos de 50 km, existe una ciudad en ruinas de la comunidad Champa que vivió entre los siglos IV y XIII. Originalmente, la ciudad estaba compuesta por 70 templos hinduistas. Sin embargo, después de los bombardeos durante la guerra, solo se mantienen en pie 20. De hecho, durante toda la visita se pueden ver abundantes cráteres y otras huellas de la batalla.
Las estructuras se caracterizan por estar hechas de ladrillo rojo y contemplan templos, torres y tumbas. Aunque no hemos estado en los santuarios de Angkor (Camboya) y Pagan (Birmania), otros visitantes comentaron que My Son es bastante similar.
- Para llegar a My Son hay numerosos autobuses turísticos que salen desde Hoi an y Da nang.
- El horario es de 6:30 a 16:30, siendo a partir de las 14:00 la mejor hora para visitarlo ya que los tours comienzan a marcharse.
- El precio de la entrada es de 60.000 vnd (2,5€)
Os dejamos una visita virtual de los templos B y C
Artesanía de madera
De vuelta de las ruinas de My Son cogimos un bote que venía incluido en el tour que contratamos. El bote hizo una parada en un pueblo de Cam Kim, está justo enfrente del centro de Hoi An.
En este pueblo vivían varias familias dedicadas al tallado de la madera. Durante la visita, pudimos ver todo el proceso artesanal, desde que recogen la madera hasta que la tallan. Finalmente, vimos los resultados hay que reconocer que son verdaderas obras de arte y de paciencia.
Centro de Hoi An
El río Thu Bon atraviesa el pueblo y a lo largo de todo su paso lo cruzan varios puentes. El más famoso es el puente Japonés. Nosotros únicamente lo vimos desde fuera, pero hay numerosas visitas al interior.
El mercado de Hoi An es de los más auténticos que nos hemos encontrado hasta ahora. Hay un centenar de puestos con productos colgados en todas partes que no dejan apenas espacio entre pasillos. En el exterior del mercado se encuentran todos los puestos de comida. En el interior del edificio hay puesto de ropa, juguetes, ferreterías, menaje de hogar asiático…etc.
Hoi An también es conocido por sus fabulosas sastrerías y es que en cada esquina hay una tienda con miles de telas para confeccionar vestidos o trajes. Nosotros aprovechamos para hacernos un par de prendas veraniegas a medida y a muy buen precio.
Una vez cae la noche, el centro del pueblo apaga las farolas y se ilumina con la luz tenue de los farolillos. Hay de todos los colores, siendo el más predominante el rojo por el significado de lealtad que transmite. Es muy común pedir un deseo y lanzar una vela al río.
Otra de las cosas curiosas que vimos fue el Bingo. Te guste jugar o no y aun sin entender una sola palabra, es un espectáculo con una mezcla de circo, teatro y canto que no te dejará indiferente.
Os dejamos una visita virtual a la calle principal de Hoi An:
Playa de Cua Dai
A tan solo 3 km del centro de Hoi An esta la playa de Cua Dai, su playa principal. Es posible ir en bici hasta allí o al menos eso hicimos nosotros. La verdad que pasear en bici por los alrededores del pueblo es bastante agradable. El paisaje es muy pintoresco, los caminos son llanos, hay numerosos arrozales y canales de agua, pescadores con barcas redondas…
La playa es bastante extensa. Sin embargo, debido a los numerosos temporales que han tenido estos meses atrás, la arena ha desaparecido. En su lugar han puesto sacos de arena, para evitar que las olas entren en las casas de los pescadores. Nosotros fuimos un día nublado y lluvioso, con el mar bastante revuelto, pero aún así la visita mereció la pena.