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Las playas pueden esperar…

Las dos primeras palabras que me vinieron a la cabeza cuando pensamos en venir a Tailandia fueron Krabi y escalar. Con esto claro sólo quedaba buscar información sobre qué nos íbamos a encontrar cuando llegásemos y qué debíamos traer.

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Un buen amigo me comentó que era posible alquilar el material, he de decir que no era una idea que me tranquilizase demasiado -usar material de escalada del que no sabes nada, a priori, no es buena idea-, pero al tratarse de un viaje tan largo y con destinos tan variados teníamos que reducir el peso lo máximo posible. En un primer momento pensé en llevar la cuerda y jubilarla en Krabi, pero seguía siendo demasiado peso de más (80m de cuerda!).


Decidimos traer únicamente arneses, pies de gato y “grigri”, el resto de material lo alquilaríamos allí.

Tras buscar en internet, decidimos ir a Base Camp Tonsai: El alquiler de cuerda + 12 expreses + bolsa nos costó 1600 THB (50% de descuento por alquiler superior a 3 días, lo alquilamos 4) y compramos la guía de escalada de Tailandia y Laos por otros 800 THB (existen guías sólo de Krabi más económicas -500 THB- ).

one-two-three
En One-Two-Three reponiendo agua...

Nada más alquilar el material nos fuimos de cabeza a disfrutar de las paredes de Railay, en concreto al sector One-Two-Three, uno de los sectores con mayor número de vías fáciles y en sombra todo el día.
Hicimos todos los V (quintos) y para despedirnos del sector yo probé un 6b que, como su nombre indica, Short & Savage, es cortito y duro.
Tras esta primera toma de contacto descubrimos un par de cosas:

  • ¡Escalar en Krabi es una pasada! hasta las vías fáciles son divertidas... Desplomes con cazos en los que te entra un brazo entero, chorreras increíbles, grietas, bavaresas, diedros, panzas...
  • Los sectores facilotes están llenos de gente

Sandra este día acabó un poco desmotivada porque se bloqueó en las dos últimas vías. Empezaban con mucho desplome y se cansó demasiado en la salida y no pudo terminarlas.

El siguiente sector que visitamos, también de los fáciles, fue Diamond Cave. Una pared con unos cuantos V y algún que otro 6a y 6b.
Una vez más, hicimos todos los V y esta vez a Sandra no se le resistió ninguno!
Yo me quedé con las ganas de intentar un 6a+ que en la guía aparecía marcado como “muy bueno”, pero el cansancio acumulado de haber escalado todo el día y el calorazo que hacía incluso a la sombra nos obligó a ir al agua.
Por la tarde fuimos a otro sector, Fire Wall, dos amigos (Anne y Piwi) nos recomendaron las vías The Groove Tube (6a) y White Hot Hernias (6b+), pero una tormenta nos sorprendió y decidimos dejarlo para el día siguiente.

Tras ir por la mañana a Point View y Lagoon -dos lugares de los que hablaremos en otro post- y descansar un rato, a la tarde fuimos para Fire Wall, en Tonsai (está en sombra a partir de las 13h +-).
Nada más llegar había cola en The Groove Tube así que me metí en la vía de al lado, For Helga (6a+), otra de las vías recomendadas por la guía de escalada, facilota y divertida: el paso “difícil” está un poco resbaladizo, así que cuidado.
En cuanto bajé, The Groove Tube quedó libre y allí fuimos. Una chimenea muy divertida y con unas vistas espectaculares de las playas de Tonsai y Railay. Sandra consiguió hacerla en “top rope” sin problemas.

Antes de irnos me animé a probar el 6b+, White Hot Hernias, y me pareció también muy buena vía. Sólo tiene un paso difícil, sobre todo porque te pilla desprevenido encontrar agarres pequeños después de tantos cazos y chorreras… ¡Nada que un “pilla!” y un descansito no puedan arreglar!

Mirando para abajo desde We Mad
Mirando para abajo desde We Mad

El último día, arrastrándonos de cansancio, decidimos volver a One-Two-Three para ver si Sandra podía terminar alguno de los V que se le atravesaron y a hacer otra vía recomendada por Piwi. Por desgracia elegimos mal la vía de calentamiento y Sandra se quedó sin pilas. A mi aún me quedaban fuerzas, así que fui a por el 6a+ llamado We Sad, una vía bastante fácil, divertidísima y con unas vistas que no tienen nada que envidiarle a Point View.

Con esto, dimos por terminados los 4 días intensivos de escalada y nos fuimos a Phra Nang, una de las playas más bonitas del mundo -o eso dicen, a mi Meñakoz me gusta más-.
Tras una tormenta que nos dejó empapados nos fuimos para el hotel, pero al pasar por el sector de Phra Nang Beach se me pusieron los dientes largos con un 7a cortito y con una pinta increíble llamado Don´t Buy Toys.
Un escalador con el que coincidimos en Fire Wall apareció de la nada y me animó a intentarlo.
Nunca me había metido en un 7a de primero (poniendo las cintas), así que mis nervios y yo nos pusimos los pies de gato y subimos a la vía.
Una vía muy desplomada con movimientos muy explosivos por chorreras y grietas… tras caer una vez encontré la secuencia y, con sudor y todas las fuerzas que me quedaban, ¡conseguí llegar hasta arriba!

Ahora si, tocaba descansar y devolver la cuerda.

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